Reproducimos la entrevista que dieron a T??lam dos de los hijos del autor que fuera secuestrado el 5 de mayo de 1976 por parte de la dictadura.

Hab??an pasado cinco minutos de las doce de la noche del 5 de mayo de 1976 cuando Haroldo Conti fue secuestrado en su casa de la calle Fitz Roy, al volver del cine donde hab??a visto «El padrino» de Francis Ford Coppola. All?? viv??a con su mujer, Marta, dos hijas de ella, y uno de sus hijos, Ernesto, de tres meses. Desde entonces, este hombre que milit?? en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el Frente Antiimperialista por el Socialismo, contin??a desaparecido.

Docente (de escuela primaria y de lat??n), escritor, guionista, viajero y navegante, integrante adem??s de la generaci??n literaria reunida alrededor de la revista «Contorno», Conti es autor de «Sudeste», «Todos los veranos», «Alrededor de la jaula», «En vida», «La Balada del ??lamo carolina» y «Mascar??, el cazador americano», entre otros libros. En 2015, a 90 a??os de su nacimiento, buena parte de su obra fue reeditada.

Para Ernesto Conti, su hijo menor, el legado de su padre «no se agota en su literatura, sino que la trasciende y da relevancia al compromiso que asumi?? tanto como militante as?? como persona», asegur?? a T??lam, al tiempo que destac?? que en su figura «veo representada toda una generaci??n que hoy est??, pese a la ausencia f??sica, muy presente».

En torno al Conti escritor, su hijo, que apenas conoci?? a su padre, confi?? que «todav??a hoy la lectura de sus obras es una asignatura pendiente: «Me cuesta separar su ausencia forzada del dolor cuando recorro sus textos. Es una deuda que saldar?? en su momento».

«Reconozco -cont??- que ‘Alrededor de la jaula’ es la responsable de que haya nacido, dado que mi madre, siendo alumna de mi padre, entendi?? en su lectura que ese fastidioso profesor de lat??n era el hombre con quien compartir, entre muchas otras cosas, un hijo. Ese es el v??nculo m??s sincero y genuino que tengo con su obra».

Alejandra Conti, hija del primer matrimonio, tambi??n celebr?? la «trascendencia» de su padre. «Me alegra ver c??mo ha influenciado a la gente, es como una onda expansiva que genera cosas. Y eso me resarce un poco de la tristeza, sobre todo cuando tiene que ver con las nuevas generaciones, como cuando llegan los libros que edit?? el Ministerio de Educaci??n para las escuelas».

De su padre como autor, Alejandra se queda con los rituales de cuando escrib??a: «No pod??as hablarle ni prender la televisi??n, del otro lado de la puerta se sent??a el ‘tac tac’ de las teclas en la m??quina». Y tambi??n con el recuerdo de peque??a «cuando me dio un papelito con distintas oraciones y me pidi?? que elija una. Yo eleg?? ‘Alrededor de la jaula’ sin darme cuenta para que ser??a…».

A entender del escritor Vicente Battista «m??s all?? del hecho literario, o tal vez por ese hecho, Conti junto con H??ctor Oesterheld, Raimundo Gleyzer, Paco Urondo y Rodolfo Walsh, integra el grupo de intelectuales, escritores y poetas asesinados en los a??os de la ??ltima dictadura c??vico-militar. Nunca plante?? su vida a partir del concepto del h??roe, su propuesta para un mundo mejor fue desde la no violencia, pero el modo en que lo secuestraron, torturaron y mataron lo convirti?? en un m??rtir, a pesar de ??l mismo».

Por su parte, el escritor Guillermo Mart??nez destac?? la «solidez» de Conti como cuentista. «Me llam?? la atenci??n todo el mundo que emerge en paralelo al conocido. Me gusta mucho la manera en que describe la relaci??n del hombre con la naturaleza», dado que «tiene algo ??spero pero muy bien logrado», en l??nea con una «tradici??n que viene de la narraci??n en ??mbitos no necesariamente urbanos y en un contexto contempor??neo».

Asimismo, Mart??nez, quien escribi?? la contratapa de la reedici??n de la obra completa de los cuentos de Conti (Emec??, 2015), lo calific?? como un autor «complejo y formidable, del m??ltiples caras y necesarias relecturas» y observ?? que «curiosamente se lo ha considerado un escritor comprometido por su militancia, pero muchos de sus personajes son marginales, como desgajados del tejido social».

Mientras que Battista consider?? que «su escritura seduce desde la sencillez y logra que una vez que ingresamos en el texto no podamos abandonarlo, interesados en lo que nos est?? contando, encandilados por el modo bello y definitivo con que lo est?? contando» y reivindic?? que Conti «sabe contar su aldea, y eso lo hace universal».

En cuanto a su costado de novelista, Guillermo Saccomanno consider?? que «En vida» constituye «tal vez la apuesta de estilo m??s alta» de Conti, en la que «sin compasi??n retrata tanto a la ciudad como a sus marginales, esos seres que recalan perdedores en una oficina piojosa del Pasaje Barolo, en los boliches del Bajo y en los rancher????os vecinos al r????o».

En ese sentido, Saccomanno sugiri?? leer la novela «por fuera de la museificaci??n de su autor. Es que sus p??ginas permanecen en vida», indic?? sobre el libro con el que Conti gan?? en 1971 el Premio Barral, cuyo jurado estuvo integrado por Mario Vargas Llosa y Gabriel Garc??a M??rquez, quien defini?? a Conti como «un escritor argentino de los grandes».

En sinton??a, el cineasta Miguel Mato, director de «Haroldo Conti, homo viator», el documental narrado desde los relatos y la voz de Conti, asegur?? que «si uno analiza el presente, hoy m??s que nunca la palabra o la mirada de Haroldo es absolutamente necesaria», al tiempo que destac?? por sobre todas las cosas «su coherencia, ternura y mirada del mundo».

Al respecto, cont?? que cuando encar?? la pel??cula se encontr?? con «un tipo muy comprometido consigo mismo y a partir de ah?? con el entorno. Haroldo podr??a haberse ido y no se fue, sobre su escritorio ten??a un cartel que dec??a ‘Este es mi lugar de combate y de aqu?? no me muevo’. Creo que eso es un canto a la libertad».

Tambi??n Alex Kurland, director del Centro Cultural que lleva el nombre del escritor en el predio de la ex Esma, asegur?? que «fue alguien muy comprometido con la realidad y los derechos humanos. Yo resalto su figura como docente porque a trav??s del ejercicio de la educaci??n fue transmitiendo mucha noci??n de justicia y verdad, algo que adem??s se ve muy reflejado en su obra».

En este sentido, Kurland destac?? que la «presencia» de Conti atraviesa la programaci??n del centro cultural como parte de «un objetivo que nos propusimos porque parte de nuestro trabajo es mantener su presencia en cada evento que realizamos».

Un a??o antes del golpe de Estado, en 1975 Conti condens?? en una entrevista: «He dicho muchas veces que yo no escribo la Historia sino las historias de las gentes, de los hombres concretos. Escribo para rescatar hechos, para rescatarme a m???? mismo. Podr????a decirles m??s: creo que toda mi obra es una obsesiva lucha contra el tiempo, contra el olvido de los seres y las cosas».

A 40 a??os de su desaparici??n forzada, el tiempo demostr?? aquello que ??l mismo esperaba de su literatura como «lucha contra el olvido». Y como el cartel de su escritorio, sus palabras contin??an vigentes a trav??s de quienes lo leyeron y lo siguen leyendo.